Idoid Mendía, portavoz del Gobierno Vasco y consejera de Justicia y Administración Pública, indicó recientemente algunas líneas de trabajo que el Gobierno Vasco acometerá relacionadas con temas que nos interesan en este blog: software libre, firma digital y neutralidad tecnológica; básicamente: mayor atención al software libre y de código abierto por parte de la Administración (como venimos pidiendo desde hace años, incluído el partido de la portavoz, estando en la oposición), promoción de la accesibilidad de los servicios públicos «para los usuarios de todos los sistemas operativos» (hasta que no lo vea no me lo creeré, porque llevamos años sufriendo situaciones bochornosas), e integración de los certificados de Izenpe con el DNI electrónico (ya hablamos sobre los reinos de Izenpe, FNMT, Camerfirma… y que nuestras carteras – no por dinero, sino por espacio físico – agradecerían cualquier iniciativa de integración).
No obstante, no entraré en los puntos anteriores (ya habrá tiempo cuando las palabras se transformen en hechos… ¡y ojalá que así sea!) Entraré en otros detalles (Devil Is In The Details). En detalles que saltan a la vista (al menos a la de los lectores tiquismiquis 😉 Frases que chocan.
Apostaremos por la neutralidad tecnológica y desarrollaremos un modelo de estándares de software libre. De esta manera, las soluciones abiertas competirán en igualdad con aquellas basadas en licencias
Sé que la portavoz del Gobierno controla perfectamente la diferencia entre software libre y privativo. O entre software libre y no libre como prefiero decir por ciertos detalles. Así que, quiero atribuir el despiste al periodista más que a la portavoz. El caso es que contraponer «soluciones abiertas» a aquellas basadas en licencias me suena poco menos que a herejía.
Si en algo se basa el éxito del software libre y/o de código abierto es precisamente en su LICENCIA. Las licencias son la razón de ser del software libre (por cumplir alguna licencia libre aprobada por la FSF), por cumplir alguna licencia aprobada por la OSI, o por cumplir ambas dos. Contraponer «soluciones abiertas» a aquellas basadas en licencias es un error.
No ha sido el único error relacionado con licencias que he visto hoy en prensa. En Diario Vasco, a raíz de la presentación de ayer del proyecto GureGipuzkoa.net, podemos leer :
De ahí que, aunque a los usuarios que quieren subir una fotografía a GureGipuzkoa.net se les ofrece elegir entre ocho tipos de licencias de uso, desde la Diputación se recomienda la de Creative Commons Reconocimiento-Compartir, que permite el uso libre de las imágenes siempre que se cite su procedencia.
CC-by-sa permite el uso de las imágenes siempre que se cite su procedencia y se mantenga la licencia cc-by-sa (igual, similar o compatible dice la propia web de CreativeCommons)
Así que no vale con únicamente «citar su procedencia». Es obligatorio e igual de importante mantener la misma licencia. Detalles, detalles, detalles.
Mal de muchos consuelo de tontos pensarán algunos. Noticias de Gipuzkoa se apunta también a las erratas e incorrecciones tecnológicas que los medios nos cuelan últimamente. En la misma noticia sobre GureGipuzkoa.net, se indica:
Eskisabel explicó que los usuarios pueden acogerse a ocho licencias, si bien desde el Departamento de Cultura recomiendan hacer uso de la licencia Creative Commos, que es compatible con Wikipedia y posibilita ampliar el uso de las fotografías.
Aquí el error es cuádruple (en una sóla frase, no está mal): Eskisabel no dijo lo que el artículo dice que dijo. Eskisabel dijo explícitamente que se recomienda el uso de la licencia CC-by-sa, compatible con los textos y fotografías de la Wikipedia.
El nombre de la licencia es incorrecto: Creative «Commos» no existe (segundo error). Tampoco existe la licencia Creative Commons a secas (tercer error). Tiene que ser alguna de las seis que se indican en esta tabla (cc-by, cc-sa, cc-by-nd, cc-by-nc, cc-by-nc-sa, cc-by-nc, nd).
El cuarto error (implícito) es que la Wikipedia tiene como licencia principal de sus contenidos la CC-by-sa (y en concreto esa licencia y no otra de las 6 licencias CC posibles). Esto ha sido un proceso largo y costoso que culminó recientemente.
El diablo está en los detalles. Y más que debería estarlo en medios de comunicación masivos del siglo XXI.