Llevo mucho tiempo intentando escribir este post. Incluso creo que lo llegué a hacer, pero perdí el fichero donde lo guardaba. No recuerdo si lo hice en un documento de Google Drive, en Keep, en un fichero de texto plano, en un borrador de post, en un mensaje de correo a mí mismo… o si lo soñé, que también puede ser. El mero hecho de perderlo o de no saber a ciencia cierta si lo llegué a crear, me da que pensar. Vivimos una época en la que las conversaciones se llevan a cabo en redes sociales (Facebook, Twitter) y programas de mensajería instantánea (WhatsApp, Telegram). Todo es rápido, al momento, todo se consume de manera inmediata. No queda tiempo para sentarse a reflexionar y menos para escribir posts largos.
Antes no era así. Recuerdo una época en la que escribía largos mensajes varias veces a la semana. Eran posts con enjundia, donde compartía conocimiento práctico que había probado con calma. Eran posts sobre temas relacionados con Linux y el software libre. Era lo que me movía. Era un bonito «trabajo», que me llevó de 2001 a 2014. En los últimos dos años (2014-2015) dejé de escribir en el blog. Sucumbí a las redes sociales. En especial, a Twitter. Sucumbí al software privativo, en especial al sistema OSX.
Abandoné DiarioLinux, pero no abandoné Linux. Sigo usándolo, pero no en el escritorio. Me cansé de pelear con drivers, configuraciones, aplicaciones y entornos. Quería seguir trabajando con un sistema Unix. Pero también quería las últimas aplicaciones. Y sucumbí a la manzana. Es curioso, esa historia de la manzana ya ocurrió hace miles de años 😉
La cuestión es que tengo ganas de tomarme las cosas con más calma. Y de escribir de forma más pausada y pensada de lo que escribo en Twitter. ¿Quiere esto decir que dejaré de tuitear? No, seguiré haciéndolo, aunque probablemente bajando la frecuencia. Sigo creyendo que Twitter aporta mucha información de calidad (aparte de montañas de ruido). Gran parte de esta información la tengo marcada con un «favorito» (ahora, con un corazón, cursi, rojo). Hasta ahora, marcaba así los tuits en los que me interesaba profundizar. «Cuando tenga tiempo». «Este enlace quiero leerlo con calma». Autoengaños. Ahí siguen, marcados pero sin leer. Como los cientos de libros técnicos en formato digital que acumulo (casi 300, y subiendo) para leer algún día (será imposible hacerlo).
Así que toca simplificar. No preocuparse tanto por acumular, sino por soltar lastre. No preocuparse tanto por las novedades, sino por profundizar en alguna de ellas o en alguna de las que, en su día, fue novedad marcada como «favorita» e interesante, pero de la que nunca más supe. Eso es lo que pretendo hacer, pararme a inspeccionar con más detalle aquellos temas que piquen mi curiosidad. Temas técnicos en su mayor parte, pero también sobre docencia, idiomas, running, series, cine o libros. Como veis, temas que no estarán ceñidos sólo a Linux o al Software Libre. Temas, en general, sobre los que querría aprender más. De ahí el cierre de DiarioLinux y el comienzo de este nuevo blog, Ikasten.io /Aprendiendo/.
Espero que estas reflexiones no se queden sólo en eso o que, al menos, pasen a formar parte de una buena colección de posts al respecto 🙂
PD: DiarioLinux.com cerrará, pero no se perderá el contenido. Todos los posts, comentarios e imágenes adjuntas han sido copiadas a ikasten.io dentro del subdominio diariolinux.ikasten.io. Por el momento, diariolinux.com estará unos meses redirigiendo el tráfico (con cabeceras 301 Redirect). En 2017 cerrará definitivamente.